viernes, 4 de mayo de 2007

Este soy yo. Adrián.
A veces suena bien. A veces no suena.
Deambulo por los pasillos de la conciencia tocando puertas.
Quien me habita me abandona a la vigilia.
Y se va a arrojar estrellas de mar, al mar.

Por fin

El Silencio es una barranca profunda y callada, quieta.
Como muerta.
Y solo se cruza volando.
Y yo amanecí sin alas.
Por la noche alguien vino y me cambio las alas
por un poema inacabado.
Creo que te gustaría.
Pero sin alas me da miedo la altura.

2002-10-19